|
Memoria del Padre Eugenio Arribas
Carcedo de Burgos, 29 de junio de 2014
El Padre Arribas nace en Carcedo, en la diócesis de Burgos, un 12 de febrero de
1869. Hizo sus primeros estudios en el colegio apostólico del Monasterio de Santa
María de Bugedo (Burgos). Completó la enseñanza de Teología, primero en Cork,
perfeccionando también el inglés, y más tarde en Lyon donde será ordenado sacerdote
el 23 de diciembre de 1893.
Apenas un mes más tarde, el 25 de enero de 1894, se embarcará en Marsella rumbo
al vicariato apostólico de Benín. Su destino fue la misión establecida unos años
antes en la capital de los Egbas: Abeokouta. Esta ciudad era una de las grandes e
importantes capitales situada al norte de Lagos. La misma misión de Abeokouta se
fundó en 1880. Fue uno de los objetivos del Padre Borguero, el establecer una misión
en una de las grandes ciudades del interior. Este sueño de Borguero se hizo realidad
gracias al Padre Holley en 1880 fundando la misión de Abeokouta.
Eugenio arribas murió poco antes de cumplir su primer año en África. Fue el 23 de
diciembre de 1894 en la propia misión de Abeokouta, a la corta edad de 25 años.
Como tantos otros misioneros, el Padre Arribas dio su vida por el anuncio del evangelio
en los pueblos más desfavorecidos de África. La generosidad de los primeros
misioneros fue tal que, si echamos una mirada a los primeros años de la historia
de Misiones Africanas, podemos obtener datos tan significativos como que en los
primeros 50 años de presencia de misioneros sma en África, es decir, desde 1859
hasta 1909, la edad mdia de los 190 misioneros que murieron en este periodo, es de
31 años, contando con todos sus miembros, tanto los que fueron a África como los
que quedaron en Europa. Tal generosidad en la entrega es la raíz de los abundantes
frutos posteriores, sobre todo durante la primera mitad del siglo XX.
Misioneros anónimos, como Eugenio Arribas, son todo un ejemplo de fidelidad y
radicalidad a su vocación, a pesar de las ificultades y riesgos propios de la situación
particular de África Occidental en el siglo XIX. |
SantoDomingo de Silos |
 |
El Ciprés de Silos
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo Diego |
|
 |
|
 |
Museo de la Evolución Humana |
 |
|
 |
Burgos |
 |
|
 |
|